martes, 23 de julio de 2013

Velo de Muerte




“Yo pienso que es como si hubiera un velo entre los vivos y la muerte. 
Cuando pierdes a una persona cercana y amada, el velo se levanta, 
ves  a la muerte claramente durante un instante… 
y luego el velo vuelve a caer”

El Velo de la Muerte.
Fragmento extraído de la película
“En un mundo mejor”



A lo lejos, no tan distante de la realidad, se contaba lo siguiente;

Ah!, surta se encuentra, el árbol de acacia.
dejó que todo su ropaje, en ocre se volviera;
¿acaso morir igual vale, cuándo desnuda te veas?,
Pobre; tan fuerte y robusta, que está henchida de soberbia.

Al llegar la primavera, al viejo roble hizo ojitos;
luceros y aves, por su lado libre pasaron,
igual un alcaraván, arrendajo y incluso un curvo;
hasta en los animales, ser negro es igual tormento.

De noche, se daba vueltas, para no verse al claro de luna
pues siempre teme, del semblante la verdad se conociera;
¿qué verdad altivo árbol de acacia?, te pasó la primavera,
y por ocultar la perdida de tu inocencia, vivir es una quimera.

“Se ensanchan los horizontes, y el ocaso me atormenta,
Dejé pasar los momentos, ahora estoy tan reseca.
Pobre!, ni las aves de paso, en mis ramas posar desean
Se me fue la existencia, sumida en eterna espera”.


Una canción sonaba, y bajo un árbol que a la brisa, lo anterior murmuraba, daba sombras a una mujer cansada. Ella, un tanto desaliñada, la belleza aún conservaba. Vestía largo, en color lavanda y de encajes en los bordes, parecía un alma en paz… apariencia nada más.

Su cuerpo, sentado, del brazo izquierdo se sostenía, el otro sobre el regazo, era una composición de lejanía. Pies descalzos y almos al vuelo, no pudo más y se transformó en manantial de llantos. Todo era quietud, como la festiva calma, que antecede el llanto de muerte.


Cerca, el jardín, bañado de largos prados, y un horizonte sumergido en bermejas manchas, fueron el escenario, de un acto desesperado; ella, por no asfixiar más sus horas, al marido causó muerte, cavó lo suficiente, hasta entregar el festín a los gusanos.

Pobre hombre, compró belleza y adorno, pero como suele suceder, los vicios no se dejan ver; igual se compró la muerte, ataviada en perfecto velo.

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